Los invitados a tomá potaje son...


Avío: utensilios usados para hacer una actividad como, por ejemplo, "lo avío der fontanero". En mi pueblo, to lo que se le echa al potaje: sus verduritas, su tocinito, su chorizo, su morcilla... Son "lo avío der potaje". Que los garbanzos sin avío como que no saben a ná, ¿verdá?
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16 de noviembre de 2010

Crónica de San Maratoncín de Sevilla 2009

Resulta que rebuscando entre mis correos he recuperado éste en el que había escrito una crónica de la maratón de Sevilla de 2009. Lo de San Maratoncín es un juego de palabras: la carrera se disputó el día 14, día de San Valentín. No he querido retocar nada, aunque ahora se me ocurren varias tonteridas que podrían hacerla más divertida. Así fue y así la conté...

6:30. Toque de diana. Me levanto de un salto: ¡hoy es el día! Por si acaso, dos despertadores con la alarma. Me hago mi cafelito y me lo tomo con un poco de pan con miel, una naranja y un plátano. Relajado. Es lo que tiene haber corrido ocho maratones ya.
7:20. Saco el coche y me espero en la puerta de la piscina. Joaquín llega en punto. Por ahora va bien la cosa
7:35. Recogemos a Paco y a Juanmi. Jajajá, jijijí y se nos van unos minutos.
7:40. Pasamos por José Ignacio. En la puerta de José Ignacio casi diez minutos (empiezo a ponerme de los nervios). Salimos a las 7:45 para el estadio.
8:05. Cola kilométrica para aparcar casi le da la vuelta al estadio. Ahhhhhhh!!! Yo voy con Joaquín en mi coche. Él muy tranquilo como si nada pasara. Yo empiezo a desesperarme. Tomo la sabia decisión de aparcar de cualquier modo en una rotonda cerca del estadio y salir zumbando a toda leche.
8:15. En la puerta del túnel norte, otro rato esperando José Ignacio: tiene que hacer no sé qué no sé dónde. Estoy a un tris de tirar padentro y seguir solo, pero me parece feo. "¡Espérate, coño, que hay tiempo!. Me encuentro en el acceso a uno de Marchena. Tiro padentro con él.
8:20. Con 4 graditos y antes de calentar decido, sabia decisión también, evitar bullas del guardarropa. Me quedo en calzonas y camiseta, congelaíto, dejo la bolsa y salgo pitando para la zona de calentamiento. Allí están los del club de Marchena. Fotos por aquí, fotos por allá, charla con uno y con otro y cuando me doy cuenta nos dan casi las 8:40. Mi estrategia de salir delante empezaba a irse a la porra.
8:40. Todo el mundo tan tranquilo. Nadie atiende a que la hora se echa encima y que nos vamos a comer una cola de gente de aquí te espero en la salido. Corto por lo sano. Decido salir pitando solo  hacia la pista y me coloco, por primera vez desde que corro la maratón, a... 10 metros de la línea de salida, viéndole el careto a Fermín Cacho, a Penti y a todos los negritos. ¡Un lujo!. Eran las 8:40 y tres minutos miro patrás y hay ya más de 100 metros de corredores. ¡Por los pelos! Escogí el momento justo para situarme. bien!!!!
9:00. ¡Salida!. después de 20 minutos de espera. Tardo por primera vez ¡5 segundos! en pasar por la salida. Desde el inicio marco mi zancada, sin agobios. ¡maravilloso! El primer km en 5:10. Ni me lo creo. Pasan los kms. Bebo agua, marco mis 5 por km clavaos en cada km. Todo va de lujo. Risas, bromas, avituallamientos. Me tomo mi chute de glucosa a la hora y cuarto, 15 kms más o menos. El gel hace su efecto y sigo despierto marcando 5 casi clavaos.
10:45. Se acerca el momento de ver a la familia y el momento de la tragedia. A lo lejos diviso a Mercedes y los niños. Más fotitos. Vengo conversando con un chaval de Málaga. Me despisto y se me va pedirle el gel a mi mujer. Ella pensaba (¿?¡!) que me iba a parar a cogerlo. ahhhhhhh!!! No pensaba que fuera tan importante para mí tomarlo. Los siguientes kms todo el mundo me mira. ¿Qué le pasa a este hombre? Miro para todos lados esperando ver a mi hijo venir corriendo a traerme el ansiado gel. Juro en hebreo, en arameo, en servocroata incluso. Con la preocupación descontrolo mi ritmo y me empiezo a embalar sin querer. Jodeeeeeer!!! Estoy por pararme y pedir a alguien del público que me preste un móvil para decirle a mi mujer que intente hacerme llegar el gel. Veo a nuestro amigo Juan, el del parque. Le cuento mientras paso a su lado lo que me pasa. Ni me echa cuenta el colega.
11:10. En la gran plaza empiezo a serenarme un poco y a afrontar la realidad: el gel ya no llegará. me tomo el aquarius que me ofrecen, las naranjas, intentando mitigar la falta de azúcar, que aún no ha llegado, pero que irremisiblemente va a a llevar...
12:05. Nada digno de contar hasta el km 37. Llego al puente del cachorro en 3 horas, 5 minutos y algunos segundos. Media: ¡5 clavaos! He olvidado lo del gel, aunque inconscientemente sé que me va a pasar factura. Es lo que tiene ser geladicto.
12:05. Escucho mucho ruido por detrás. El globo de las 3:30 me supera. Hasta aquí me las prometía muy felices, pero en este punto empiezo a verlo chungo. El globo me pasa como un cohete y con ellos se me va mi ilusión por bajar de las 3:30. La calle torneo, un suplicio, el agotamiento empieza a aparecer y la moral se viene abajo. En ese punto, empiezo a acordarme de mi familia, de mis mejores amigos, de las horas de entrenamiento que llevaba en el cuerpo, de todo lo pasado con las lesiones este año. Saco fuerzas de donde no hay y tiro palante. De la gloria al infierno en un km. Eso es la maratón. En cualquier esquina está el tío del mazo y te la pega de verdad. Ya no miro el crono. Intento sobrevivir a la tentación de pararme y lo consigo. Dentro del parque, de pena, pero no me paro. En el último km, aprieto los dientes y acelero un poco. Entro en el estadio. Otra maratón terminada. Esta vez no entré con un nudo en la garganta como en los tres años anteriores, pero sí con la satisfacción del esfuerzo recompensado y con la duda de si con la glucosa habría ido mejor.

El siguiente artículo también es nuevo. Recién horneado. A ver qué tal os sabe. 

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